Actividad de Reflexión y Análisis Nº5

Un Pulso al Fracaso


En esta actividad de reflexión tomaremos como referencia el documental titulado "Un Pulso al Fracaso", producido y emitido por Documentos TV el día 16 de Enero de 2010. A mayores, trataremos de poner en contacto las principales características del documental con la función sorteada en clase de forma aleatoria: en mi caso, la función que me ha sido asignada ha sido "Artículo 91.1.C) La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias".
En el documental se nos presenta una iniciativa denominada "Proyecto Tomillo", que consiste básicamente en otorgar una educación secundaria de calidad a aquellos adolescentes en situación de fracaso escolar, es decir, aquellos que por ciertas circunstancias, generalmente relacionadas con un cierto grado de marginalidad social, se han visto obligados a abandonar los centros de educación secundaria, fallando así en su intento de conseguir el graduado escolar. Podría decirse, en términos generales, que en este centro se les da una segunda y definitiva oportunidad, tratando de hacerles ver a todos estos alumnos que son capaces de hacer todo aquello que se propongan, poniendo más énfasis y empeño en valores cívicos y sociales y abandonando o dejando en un plano secundario aquellos rasgos puramente académicos. Es decir, los profesores que formen parte en este proyecto deberán olvidar la trayectoria personal de cada individuo, partiendo de cero y centrándose más en lo educativo que en lo curricular.
En relación con la función que me ha sido asignada, considero fundamental la inclusión de una figura mediadora entre el centro y el alumno, y entre el centro y las familias. No creo que sea conveniente poner a cualquier profesor de cualquier área como tutor de estos alumnos, puestos que son estudiantes con ciertas necesidades especiales, teóricamente hablando. Lo que considero que les hace tener ese carácter especial, siempre sin menospreciar a ninguno de ellos, es el alto porcentaje de comportamientos agresivos que presentan la gran mayoría, dentro y fuera del aula. Por lo tanto, creo que un psicólogo sería una pieza clave y fundamental en ese proceso de orientación en el aprendizaje del alumno, pero también en ese contacto entre las familias y el centro. Esta figura puede ser capaz de hacer colaborar a las familias en el proyecto para conseguir que sus hijos consigan sus objetivos académicos, que serían fomentados en tutorías individualizadas y privadas por este psicólogo. Nadie mejor que estos profesionales conocen mejor los comportamientos de los seres humanos, y es, por tanto, necesario, bajo mi punto de vista, que sean los líderes en este proyecto tan especial.

Sin embargo, no creo que tenga que cambiar este pensamiento si extrapoláramos estas ideas a un entorno mucho más común como puede ser un instituto en pleno centro de Valladolid, por ejemplo.
Aunque la labor de tutor creo firmemente que puede llevarla a cabo cualquier profesor de educación secundaria y bachillerato, ejerciendo como enlace entre familias, alumnos y centro, considero que debe ser más bien un psicólogo quien deba ejercer la función de orientar individualmente a aquellos alumnos con ciertas dudas en su futuro académico más cercano. Cuando la ESO o el Bachiller estén cerca de llegar a su fin, creo que debería ser obligatorio, al menos, una reunión en la que se establezcan conversaciones entre esta figura y el alumno con el fin de buscar la solución más adecuada para su futuro, fuera del aula, evitando así las miradas y la atención del resto de los compañeros, que no siempre van a comentar a favor de los gustos personales de cada alumno.

Tanto en el proyecto presentado en el documental como en los centros educativos al uso, la existencia de este psicólogo vuelve a ser, bajo mi punto de vista, obligatoria si hablamos del tema de apoyo en el proceso educativo. No siempre un alumno va a disfrutar de momentos dulces a lo largo de su estancia en cualquiera de estos centros mencionados: debido a las edades que comprenden la educación secundaria y el bachillerato, la cantidad de altibajos emocionales que pueden llegar a sufrir los alumnos puede ser sumamente mayúscula. Por tanto, considero que el acceso gratuito y constante a un profesional que pueda ayudar a estos alumnos a calmarse y tomar aire antes de volver al proceso educativo debería ser obligatorio. Por lógica, este psicólogo no recibirá las mismas visitas en uno u otro centro, ni tampoco esas visitas tendrán relación entre sí en términos de problemáticas, pero esa facilidad de acceso podría mejorar y aumentar notoriamente la motivación en el estudio, es decir, este psicólogo sería una importante figura motivadora en el proceso académico de los alumnos, pues estos psicólogos sabrán qué hacer con cada estudiante para sacar lo mejor de sí mismos.


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