Actividad de Reflexión y Análisis Nº10
Participación Escolar y cómo promoverla
Este tema en cuestión es, bajo mi punto de vista, uno de los más difíciles de fomentar puesto que no solamente depende del alumno esa participación en el ámbito escolar.
Si comenzáramos por los profesores, éstos tienen, evidentemente, la obligación de participar activamente en el aula y fuera de ella a través de sus clases y tutorías, ya sean a alumnos o a padres y/o tutores legales. Sin embargo, su participación fuera de estos términos no siempre es voluntaria, y, ya que el tiempo es oro, quizás se podría incentivar, económicamente hablando, la participación de estos profesores fuera de sus horas lectivas y laborales, favoreciendo así una mayor participación en los consejos escolares de manera "voluntaria", siendo parte más activa de las reuniones del departamento específico y del propio centro... etc.
Centrándonos en los protagonistas del proceso educativo, los alumnos deberían empezar a moverse activamente en todos los ámbitos del centro escolar. Empezando por las tutorías con los profesores, no derrochando estos momentos en realizar tareas atrasadas, hasta una mayor participación en órganos de gobierno del centro, quizás sin voto pero sí con una voz. En las tutorías deberían informar a sus respectivos tutores de sus problemas e inquietudes, siempre y cuando el profesor que ejerce como tutor de ese grupo esté por la labor. A mayores, no creo que solamente sean los delegados quienes deban participar en el consejo escolar en representación de los alumnos, sino que todos aquellos que así lo manifiesten puedan ser parte activa en este órgano de gobierno, proponiendo a sus profesores las necesidades que el grupo al que están representando necesita. Ésto podría conseguirse, quizás, a través de un nuevo sistema de evaluación en dónde todos aquellos que se vean capacitados para representar a sus compañeros, y así lo hagan de manera efectiva y responsable, podrían optar a una mayor puntuación en la nota, no necesariamente sobre la mítica baremación sobre 10, sino consiguiendo puntos a mayores. En el caso de que los mejores alumnos con un 10 sobre 10 ya de media, si se mostraran voluntarios a estas tareas, evidentemente en su nota final sólo pueden puntuar un máximo de 10, pero aquellos alumnos con más dificultades a la hora de aprobar, puede que estas actividades les resulten de gran apoyo y sean muy fructíferas para sus objetivos académicos.
Como por "participación escolar" personalmente también incluyo la asistencia a clase, creo que una de las maneras para evitar el absentismo en las aulas podría tener enorme repercusión si los profesores fueran capaces de establecer relaciones lo más individualizadas con los alumnos, de manera que si un profesor comienza a conocer los gustos y aficiones de cada uno de los integrantes del grupo, podría buscar métodos alternativos de enseñanza en dónde los alumnos se sintieran más cómodos aprendiendo la materia y el conocimiento que el profesor quiere que éstos adquieran. Si los profesores tienen en cuenta los lados más personales de los alumnos, la motivación será repentina y los alumnos se volverán más participativos, entrando directamente en esa "participación escolar" por la puerta grande.
Y, por último, tenemos el ámbito familiar, en donde los padres también deben ser parte activa del proceso escolar para dar ejemplo a sus hijos. Si unos padres forman parte activa de cualquier órgano de gobierno escolar y así se lo hacen ver a sus propios hijos, éstos tomarán un buen ejemplo, formando quizás ellos mismos parte del consejo junto con sus padres y viéndose enriquecidos de la participación en las decisiones de sus propios centros.
En mi opinión, este último apartado, el de los padres, es quizás el más difícil de convencer. Al fin y al cabo, a los profesores se les puede dar cierto dinero para buscar una motivación extrínseca, y a los alumnos, en cierto grado, se les puede mostrar un grado de obligatoriedad. Sin embargo, el caso de los padres es mucho más complicado: creo que solamente aquellos padres que verdaderamente estén interesados en el proceso educativo de sus hijos serán totalmente partícipes de estos órganos de gobierno, influyendo en la toma de decisiones, buscando así lo mejor para sus infantes.
Sin embargo, aquí entra el tema del trabajo y la ocupación parental: muchos padres, bien por dejadez o bien por incompatibilidad horaria, no son capaces de participar, ni si quiera, en las tutorías con los profesores de sus hijos. Entonces, la única solución que personalmente se me ocurre, es la de buscar el lado más humano y responsable de todos ellos, haciéndoles ver de cierta manera que su participación en estos ámbitos será de vital importancia para el futuro de sus hijos.
Este tema en cuestión es, bajo mi punto de vista, uno de los más difíciles de fomentar puesto que no solamente depende del alumno esa participación en el ámbito escolar.
Si comenzáramos por los profesores, éstos tienen, evidentemente, la obligación de participar activamente en el aula y fuera de ella a través de sus clases y tutorías, ya sean a alumnos o a padres y/o tutores legales. Sin embargo, su participación fuera de estos términos no siempre es voluntaria, y, ya que el tiempo es oro, quizás se podría incentivar, económicamente hablando, la participación de estos profesores fuera de sus horas lectivas y laborales, favoreciendo así una mayor participación en los consejos escolares de manera "voluntaria", siendo parte más activa de las reuniones del departamento específico y del propio centro... etc.
Centrándonos en los protagonistas del proceso educativo, los alumnos deberían empezar a moverse activamente en todos los ámbitos del centro escolar. Empezando por las tutorías con los profesores, no derrochando estos momentos en realizar tareas atrasadas, hasta una mayor participación en órganos de gobierno del centro, quizás sin voto pero sí con una voz. En las tutorías deberían informar a sus respectivos tutores de sus problemas e inquietudes, siempre y cuando el profesor que ejerce como tutor de ese grupo esté por la labor. A mayores, no creo que solamente sean los delegados quienes deban participar en el consejo escolar en representación de los alumnos, sino que todos aquellos que así lo manifiesten puedan ser parte activa en este órgano de gobierno, proponiendo a sus profesores las necesidades que el grupo al que están representando necesita. Ésto podría conseguirse, quizás, a través de un nuevo sistema de evaluación en dónde todos aquellos que se vean capacitados para representar a sus compañeros, y así lo hagan de manera efectiva y responsable, podrían optar a una mayor puntuación en la nota, no necesariamente sobre la mítica baremación sobre 10, sino consiguiendo puntos a mayores. En el caso de que los mejores alumnos con un 10 sobre 10 ya de media, si se mostraran voluntarios a estas tareas, evidentemente en su nota final sólo pueden puntuar un máximo de 10, pero aquellos alumnos con más dificultades a la hora de aprobar, puede que estas actividades les resulten de gran apoyo y sean muy fructíferas para sus objetivos académicos.
Como por "participación escolar" personalmente también incluyo la asistencia a clase, creo que una de las maneras para evitar el absentismo en las aulas podría tener enorme repercusión si los profesores fueran capaces de establecer relaciones lo más individualizadas con los alumnos, de manera que si un profesor comienza a conocer los gustos y aficiones de cada uno de los integrantes del grupo, podría buscar métodos alternativos de enseñanza en dónde los alumnos se sintieran más cómodos aprendiendo la materia y el conocimiento que el profesor quiere que éstos adquieran. Si los profesores tienen en cuenta los lados más personales de los alumnos, la motivación será repentina y los alumnos se volverán más participativos, entrando directamente en esa "participación escolar" por la puerta grande.
Y, por último, tenemos el ámbito familiar, en donde los padres también deben ser parte activa del proceso escolar para dar ejemplo a sus hijos. Si unos padres forman parte activa de cualquier órgano de gobierno escolar y así se lo hacen ver a sus propios hijos, éstos tomarán un buen ejemplo, formando quizás ellos mismos parte del consejo junto con sus padres y viéndose enriquecidos de la participación en las decisiones de sus propios centros.
En mi opinión, este último apartado, el de los padres, es quizás el más difícil de convencer. Al fin y al cabo, a los profesores se les puede dar cierto dinero para buscar una motivación extrínseca, y a los alumnos, en cierto grado, se les puede mostrar un grado de obligatoriedad. Sin embargo, el caso de los padres es mucho más complicado: creo que solamente aquellos padres que verdaderamente estén interesados en el proceso educativo de sus hijos serán totalmente partícipes de estos órganos de gobierno, influyendo en la toma de decisiones, buscando así lo mejor para sus infantes.
Sin embargo, aquí entra el tema del trabajo y la ocupación parental: muchos padres, bien por dejadez o bien por incompatibilidad horaria, no son capaces de participar, ni si quiera, en las tutorías con los profesores de sus hijos. Entonces, la única solución que personalmente se me ocurre, es la de buscar el lado más humano y responsable de todos ellos, haciéndoles ver de cierta manera que su participación en estos ámbitos será de vital importancia para el futuro de sus hijos.
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