Actividad de Reflexión y Análisis Nº18
Rasgos y competencias del buen profesor/tutor
En términos generales, todo el mundo nos podemos hacer una idea general de qué exactamente significa ser un buen docente y qué características deberíamos tener para llevar a cabo el proceso de tutorización de un grupo, en este caso, de adolescentes. Pues bien, el caso es que no existe una guía específica que sea práctica para cualquier grupo, no existe ningún decálogo por así decir. A mi parecer, todos los alumnos que vayamos a tener frente a nosotros en el futuro son totalmente distintos. Otra cosa es que algunos de ellos se asemejen en sus comportamientos y conductas, pero nadie es igual, en este sentido, a ninguna otra persona. Todos tenemos nuestras peculiaridades.
Por tanto, y a respecto de estas ideas brevemente expuestas, en el grupo "DIANA" hemos llegado a las siguientes conclusiones: el buen profesor, aquel capaz de educar en condiciones correctas y favorables y que, además, es capaz de ser, a mayores, un excelente tutor deberá ser aquella persona que cumpla las siguientes características:
- Atent@, sabiendo escuchar activamente a sus alumnos en todo momento y siendo capaz de detectar qué pasa en el aula, a nivel académico y problemático.
- Empátic@ y asertiv@.
- Que sepa imponer autoridad y respeto. Aquí hemos llegado prácticamente todos los miembros del grupo a la misma conclusión. Es importante que el buen tutor sepa hacerse respetar y crear una figura ciertamente autoritaria, para que ningún alumno jamás intente pasar por encima suyo. Si hace ver a los alumnos que el profesor es quien manda en el aula, desde un punto de vista levemente autoritario, teniendo cierta flexibilidad cuando hay que tenerla, su discurso podrá calar en la gran mayoría de los alumnos.
- Saber cómo tratar a cada alumno a nivel personal.
- Sabiduría docente y don de gentes.
- Colaboración con el resto de profesores para facilitar las tareas de sus alumnos.
Donde más problemática hemos encontrado ha sido a la hora de discutir la apariencia de este tutor. Personalmente, no creo que la ropa que lleve vaya a ser totalmente relevante, pero al menos el hecho de seguir una fuerte higiene debería ser algo obligatorio en todos los docentes. Su apariencia física, evidentemente, no es importante, pero este profesor@ debe saber crear una imagen que sea lo suficientemente convincente a los ojos de sus alumnos.
En términos generales, todo el mundo nos podemos hacer una idea general de qué exactamente significa ser un buen docente y qué características deberíamos tener para llevar a cabo el proceso de tutorización de un grupo, en este caso, de adolescentes. Pues bien, el caso es que no existe una guía específica que sea práctica para cualquier grupo, no existe ningún decálogo por así decir. A mi parecer, todos los alumnos que vayamos a tener frente a nosotros en el futuro son totalmente distintos. Otra cosa es que algunos de ellos se asemejen en sus comportamientos y conductas, pero nadie es igual, en este sentido, a ninguna otra persona. Todos tenemos nuestras peculiaridades.
Por tanto, y a respecto de estas ideas brevemente expuestas, en el grupo "DIANA" hemos llegado a las siguientes conclusiones: el buen profesor, aquel capaz de educar en condiciones correctas y favorables y que, además, es capaz de ser, a mayores, un excelente tutor deberá ser aquella persona que cumpla las siguientes características:
- Atent@, sabiendo escuchar activamente a sus alumnos en todo momento y siendo capaz de detectar qué pasa en el aula, a nivel académico y problemático.
- Empátic@ y asertiv@.
- Que sepa imponer autoridad y respeto. Aquí hemos llegado prácticamente todos los miembros del grupo a la misma conclusión. Es importante que el buen tutor sepa hacerse respetar y crear una figura ciertamente autoritaria, para que ningún alumno jamás intente pasar por encima suyo. Si hace ver a los alumnos que el profesor es quien manda en el aula, desde un punto de vista levemente autoritario, teniendo cierta flexibilidad cuando hay que tenerla, su discurso podrá calar en la gran mayoría de los alumnos.
- Saber cómo tratar a cada alumno a nivel personal.
- Sabiduría docente y don de gentes.
- Colaboración con el resto de profesores para facilitar las tareas de sus alumnos.
Donde más problemática hemos encontrado ha sido a la hora de discutir la apariencia de este tutor. Personalmente, no creo que la ropa que lleve vaya a ser totalmente relevante, pero al menos el hecho de seguir una fuerte higiene debería ser algo obligatorio en todos los docentes. Su apariencia física, evidentemente, no es importante, pero este profesor@ debe saber crear una imagen que sea lo suficientemente convincente a los ojos de sus alumnos.
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